En apenas dos años mal cumplidos de gobierno, Santiago Peña enfrenta actualmente uno de los casos más escandalosos y graves, si así se lo puede nombrar. El caso lo involucra directamente, puesto que ha desvinculado a una familia entera que estaba al mando de la administración doméstica de Mburuvichá Róga. Por ahí todo bien, cualquiera puede prescindir de sus empleados si no está conforme con ellos, pero el quid de la cuestión y lo que raya lo kafkiano y bizarro es que aparentemente se habrían perdido unos fajos de dólares, y a raíz de ello supuestamente se lo habría desvinculado a la familia. Con un escueto comunicado que, como siempre, no dice nada, el presidente se deslinda diplomáticamente del caso.
Según se puede inferir, la mala onda y el enojo provendrían de la familia desvinculada, justamente por el despido, y a raíz de ello han ventilado los trapos sucios que supuestamente acontecían en el seno de Mburuvichá Róga. Según las fuentes informativas que ventilaron el caso, varias personas de grueso calibre, como el Fiscal General del Estado, habrían visitado al presidente en horas no oficiales de visita, es decir, en horas de la noche, entre otras personas que manejarían esenciales y grandes montos presupuestados a programas como el Hambre Cero.
Los medios de prensa se han dividido prácticamente en dos bandos: los que apoyan al presidente, es decir, que están de acuerdo con el despido de la familia y la forma como se la ha tratado para dilucidar el caso, como por ejemplo el uso de polígrafos con el fin de descubrir la verdad en este caso muy complejo y quizás muy difícil de “pillar”, como se dice comúnmente, y los que creen que el presidente incurrió en graves errores en el proceder, justamente por su investidura.
A estas alturas del campeonato, cuando el caso ya está totalmente debatido, socializado y analizado por diferentes medios de prensa y por los medios independientes de streaming, es pertinente hacerse varias preguntas como para entender qué es realmente lo que ha pasado, pues la oposición ya está pensando en un juicio político al presidente por este escandaloso caso:
- ¿Por qué el presidente no recurrió al Ministerio Público?
- ¿Por qué el presidente sigilosamente comentó el caso a ciertas autoridades militares con el fin de ver una solución al caso?
- ¿Hubo realmente desaparición de dinero, supuesta propiedad del presidente?
- ¿Por qué, en este caso, la familia esperó tanto tiempo para revelar el secreto, solo porque fue desvinculada?
- ¿Cómo un presidente puede tener semejante monto de dinero en efectivo en la Mburuvichá Róga? ¿Es eso normal, común o permitido? ¿No tiene banco donde pudiera guardarlo?
- ¿Por qué el presidente se reunía con referentes de la política y las finanzas en horario no oficial?
- ¿Cómo una familia puede tener tanto poder para hacer y deshacer a su antojo las cuestiones domésticas y familiares en Mburuvichá Róga?
- ¿No estaba al tanto el presidente de que esa familia contrataba a otras personas y familiares para desarrollar tareas en Mburuvichá Róga?
- En caso de que toda esta novela haya sido creada por la familia, ¿tiene potestad el presidente para actuar de juez en dicho caso? ¿No es el Ministerio Público el que debe iniciar las investigaciones hasta dilucidar el caso?
- ¿Por qué precisamente tuvieron que recurrir a poligrafistas para descubrir la verdad? Este método está actualmente en discusión sobre si la acción se ajustó o no a derecho.
En fin, hay muchos interrogantes que, entiendo, solo el presidente puede dilucidarlos. Si el presidente es víctima, pues que aclare los puntos oscuros. Y si la familia realmente ha inventado la historia, que asuma las consecuencias. Y si no, que el presidente aclare los hechos para bien de la población, y que las fuerzas políticas puedan discernir realmente si este caso amerita el inicio de un juicio político al presidente.