Potentes declaraciones de la senadora Lilian Samaniego, quien ha acusado directamente al senador cartista Antonio Barrios y lo ha amenazado, señalándolo como mala gente, intrigante, y perseguidor de colorados, entre otros adjetivos no muy halagadores. Sin reservas y con contundencia, Samaniego afirmó que, con su apoyo, ayudó a Cartes a llegar al poder.
Hace tiempo que no se veían enfrentamientos tan directos entre actores del mismo partido, especialmente en un escenario público con cámaras, micrófonos y toda la atención de la prensa, tanto aliada como crítica del actual período gubernamental.
Lo interesante de esta nueva forma de hacer política, inaugurada por Samaniego, es que una mujer se ha atrevido a decir lo que ya se rumoreaba en los rincones del país. Samaniego ha reemplazado a esos políticos hombres que se jactan de ser varones, machos, profamilia y dueños de grandes discursos grandilocuentes, capaces de convencer a cualquier auditorio de cuarta categoría. Pero no: fue una mujer, con valentía y decisión, quien inició una nueva línea de hacer política y marcó un cambio en las relaciones entre los grupos políticos que componen el movimiento Honor Colorado, actualmente de moda.
Este movimiento estaría generando molestias y tensiones dentro de toda la cúpula de la ANR. Samaniego tendrá sus defectos, virtudes y sombras, pero esta vez me quito el sombrero: ha señalado con nombre y apellido a un referente de ese centenario partido, lo que la coloca en el podio de quienes apuestan por una política frontal. Esto la posiciona de manera destacada para iniciar una purga y un saneamiento dentro de un partido que ha sido cooptado por un movimiento alejado de los principios democráticos y republicanos que dice representar el Partido Colorado.
Es esencial aplaudir las acciones políticas que conduzcan a cambios estratégicos en la dirección de cualquier partido político. Romper paradigmas ante situaciones que antes eran impensables es crucial, especialmente considerando el alarmante nivel de corrupción y manipulación política en el que este actual movimiento partidario ha sumido al país.
Es difícil entender hacia dónde se dirige la nación bajo esta conducción político-gubernamental, caracterizada por recurrentes reculadas e improvisaciones, así como visitas a países extranjeros que, en el mejor de los casos, solo ofrecen limosnas al Paraguay, como buses y otros espejismos vacíos.
La conducción política actual debe cambiar para bien de la nación, reencauzando el rumbo con el fin de recuperar la dignidad de cada paraguayo. Es imperativo que los políticos tomen nota de esta heroica declaración de una mujer que, con una carrera política consolidada, ha demostrado estar dispuesta a hacer frente al sistema. Mal o bien, esta mujer puede llegar lejos si sigue con esta práctica frontal de hacer política.
Ahora se espera la respuesta del senador atacado, agraviado y amenazado, quien debería defenderse con decoro y respuestas apropiadas al nivel de un «político» como él, no con declaraciones sin sentido como las de que «solo el 20% de los cánceres de pulmón es producido por el tabaco», entre otras peroratas vacías.
En resumen, el sexo femenino le gana 6 a 0 al masculino en la arena de la política criolla.