Muy interesante la movida musical asuncena con la presencia del grupo metalero Slipknot. Reconozco que por primera vez en mi humilde vida he oído acerca de la existencia de este grupo; ni sabía de su existencia, pues la neta, como dicen los mexicanos: no es mi estilo musical.
Constato que este grupo se ha formado en el año 1992 en Des Moines, Iowa, EE.UU., y como toda banda, tuvo que morder el suelo para salir adelante, pues sus primeros pasos fueron duros y de constante movimiento en los integrantes de la banda, ya que varios integrantes salían y entraban a medida que la banda se iba fortaleciendo.
La banda tuvo algunos sucesos trágicos, como la muerte de uno de sus integrantes en el año 2010. Según los registros de la banda, el bajista Paul Gray fue encontrado muerto por una supuesta dosis de morfina. Algunos dicen que fue accidental, pero bueno, dejemos a los detectives que aclaren este caso que enlutó a la banda.
Lo llamativo de esta banda, en cuanto a vestuario, es que usan máscaras que cubren sus rostros, y eso se ha iniciado prácticamente desde el año 1995, fortalecido con maquillaje grotesco, pues hasta hoy en día usan ese estilo de vestuario en sus presentaciones.
En cuanto a influencias musicales de este grupo, se nombran grandes nombres que van desde Jimi Hendrix, Guns N’ Roses, Nirvana, Pantera, Metallica, Megadeth, Anthrax, Exodus, Overkill, Testament, Slayer, Sepultura, entre otros.
Pero bueno, la historia de esta banda es rica y entra en los anales de la historia musical de EE.UU., especialmente en el género del metal, thrash, nu metal, rap metal, metal alternativo y groove metal, con elementos de thrash y death; en fin, estilos que rompen con la parsimoniosa y conservadora realidad paraguaya.
Esta banda se ha presentado en Asunción en estos días, y antes de su presentación se han hecho virales algunos comentarios en contra de esta banda, que supuestamente eran satánicos y adoraban al diablo, y un montón de comentarios negativos hacia la banda. Incluso, algunos especulaban que esta banda abriría el portal del mal y entrarían los demonios, y ya no se podría lidiar con las consecuencias malas de esta acción.
Los fanáticos de esta banda, que al final me han sorprendido muchísimo, pues al leer los comentarios, crónicas de los medios especializados en espectáculos, el público ha sido numeroso y ha vivido una experiencia «mágica» con sus héroes del metal. Es más, todo lo negativo que se ha generado alrededor de esta banda se han caído por el suelo; por ejemplo, la banda había pedido algunas cosas sencillas para consumir durante el concierto.
Incluso he leído que entrevistaron a un pastor de una iglesia evangélica para averiguar cuál era el fenómeno que se generó de repente ante la presencia de esta banda, quien más que nada se ha enfocado en lo comercial, pues este tipo de conciertos mueve la economía del país, por lo menos una parte de la misma, ya que ha circulado una buena cantidad de efectivo para este evento.
Lo que siempre se critica es si estos grupos pagan los cánones municipales y hacia dónde van a parar los impuestos; bueno, eso lo dejamos a “Nenecho”, que como siempre no sabe cómo justificar los ingresos de la comuna.
Por el lado conservador religioso que caracteriza al paraguayo, pues si uno peregrina el 8 de diciembre a visitar a la virgencita, no es paraguayo, y otras prácticas que consolidan ese acercamiento al cristianismo que se han heredado de los primeros conquistadores españoles.
En fin, Slipknot ha traído nuevamente sobre la mesa la discusión de qué tan conservador es el paraguayo, de qué tan creyente es, o de qué tan abierto es para asimilar gustos multiculturales que hacen que fortalezca la convivencia pacífica y democrática que en una nación debe existir.
Por lo menos, no hubo peleas, desnudos ni de otra sarta de reactivos de orden sexual que pudiera reflotar el morbo de los miles que participaron en ese evento.
Me pregunto, para terminar, si ya se abrió el portal, qué banda tratará de cerrarlo nuevamente.