Tras los magros resultados de las pruebas de oposiciones de los maestros paraguayos, se ha visibilizado que cerca del 70 % de los maestros no están capacitados para la enseñanza. Es decir, no tienen los requisitos mínimos para desempeñarse efectivamente en las aulas.
El aplazo masivo de los maestros no debe sorprender a nadie, pues el sistema educativo, desde hace décadas, está en un declive exponencial muy peligroso, hasta el punto de que ya no habría estrategias adecuadas para revertir el retroceso en el que se encuentra. Será difícil analizar las razones de este aplazo masivo, pues existiría un cúmulo de factores que podrían haber incidido en estos resultados.
Por mi experiencia en el área de educación, algunos de los factores podrían ser:
- Falta de capacitación sistemática del personal docente, especialmente en tiempos de globalización, digitalización y conocimiento. No se puede negar que la digitalización aún no está inserta en el sistema educativo formal del país, excepto en algunas instituciones privadas que acogen a un caudal importante de familias de alto poder adquisitivo.
- El sistema de enseñanza no se está adecuando a los tiempos modernos, especialmente en la enseñanza de las lenguas oficiales del país. Según los datos, el problema grave actual es la comprensión lectora y redacción. Si los propios maestros tienen serias deficiencias para comprender, ¿qué se puede esperar de los alumnos que salen de sus aulas? Es una hipocresía de los estamentos del gobierno dejar de lado el idioma guaraní, lengua oficial del país y hablada por un gran porcentaje de la población, especialmente en zonas rurales. Con la migración, también en algunas zonas urbanas. Por otro lado, en cuanto al castellano, si el maestro no lo maneja bien, entonces poco o nada puede hacer para que sus alumnos adquieran las competencias lectoras, de escritura y comprensión.
- Los turnos de mañana y tarde deben ser eliminados, para que se vuelva totalmente a un único horario, es decir, de 8 a 15 o más tarde, hasta las 16 horas. De este modo, tanto los maestros como los alumnos pueden dedicarse a otras actividades o reforzar los temas abordados en las aulas. Este tema puede parecer banal, pero es esencial para que se impulse una mejor calidad de vida tanto para el alumnado como para los maestros.
- Salarios acordes a una escala real, no simplemente por haber asistido a un número de seminarios para conseguir un certificado firmado y así acceder a un plus salarial, aumentando así los ingresos en el hogar. El tema salarial debe adecuarse a los tiempos reales y no debe existir una brecha tan grande entre los funcionarios públicos llamados «VIP» y los maestros, quienes, a la postre, deben sacrificarse para que los hijos de estos funcionarios puedan, al menos, adquirir las competencias mínimas.
Se podría citar un sinnúmero de factores, pero en síntesis, la rectora de la educación, el MEC, debe interpretar estos últimos resultados con el fin de rediseñar un nuevo sistema educativo que esté acorde al desarrollo de la sociedad y en consonancia con la evolución de la misma.
Es sabido que el MEC ha gastado mucha energía en debates estériles sobre el diseño de una transformación educativa, pero lamentablemente no se ha logrado establecer un nuevo sistema que pueda revertir el sistema actual. A nivel mundial estamos casi tocando fondo si nos referimos a los últimos reportes del estudio PISA.
El MEC debe dejar sus cantinelas baratas y politizadas, remangarse la camisa y ponerse a trabajar con docentes paraguayos, técnicos paraguayos, y no esperar que la «varita mágica» extranjera haga el milagro.
Es imperativo revisar los documentos de la época de Ramón Indalecio Cardozo (1876-1943) para tener un norte hacia el sistema educativo que Paraguay necesita.