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jueves, noviembre 21, 2024
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La nueva monarquía: legisladores y el poder absoluto en Paraguay

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«L’État, c’est moi» (Yo soy el estado) es una frase célebre francesa que se atribuye a Luis XIV, quien supuestamente la habría pronunciado ante el Parlamento francés en 1655, a los dieciséis años de edad. Esta frase identificaría al rey Luis XIV con el Estado, entendiendo esto como una monarquía absoluta.

Con esta frase se estableció la supremacía del rey ante el Parlamento, aunque no está documentada en los registros del Parlamento de la época, por lo que se duda de su autenticidad y podría ser una frase célebre apócrifa.

Se podría hacer una analogía de esta frase célebre con la actualidad política paraguaya, pues el presidente Peña acaba de refrendar una ley que permite a los legisladores acogerse a una jubilación con unos pocos años de “trabajo”, mientras que el pueblo debe soportar mil vicisitudes por un periodo de 30 años para acceder a una humilde jubilación. Y, a propósito, así como están las cosas, no se sabe a ciencia cierta si habrá plata para que los jubilados puedan cobrar algo al final de sus días.

Insistiendo con el tema punzante de la semana que molestó a la población, es la jubilación de los parlamentarios, que, por cierto, aún se debe aclarar si los legisladores perciben un salario por un cargo lectivo, y como dice la ley, si la «dieta» que perciben se considera salario. Este punto debe ser aclarado, y ojalá algunos amigos profesionales del derecho puedan dar un poco de luz sobre este tema.

Con esto de «Yo soy el Estado» y al refrendar esta controvertida y antipática ley, el presidente se gana un brazo fuerte y poderoso como es el Congreso, pues los legisladores, con una jugosa jubilación y con pocos años al servicio público, podrán estar tranquilos cuando se dejen de desempeñar en sus curules. Entonces, cualquier remedo de ley que salga del Ejecutivo, el Congreso no tendrá más que aprobarla, pues ya está allanado el camino para que ambos poderes puedan trabajar en “armonía”, por lo menos en estos últimos tres años que le queda a este gobierno, descontando un año de proselitismo agresivo que se iniciaría a principios de 2027, estimo.

Lo que no se sabe es si al decir «Yo soy el Estado» se puede acercar la frase al presidente, pero según las lenguas bífidas, este gobierno sería una suerte de gobierno bicéfalo, lo que significa que el actual presidente no estaría gobernando solo, sino con la ayuda de una fuerza exógena poderosa.

Hablando de fuerza poderosa, el actual presidente de la ANR, en un evento político, vociferó que no hay ninguna posibilidad de que exista una pelea entre él y el número uno del Ejecutivo.

Ya que el Congreso está prácticamente a merced del Ejecutivo para aprobar cuanta ley se le plantee presentar, también el Ejecutivo insinúa que es necesario una reforma de la Constitución Nacional, con el fin de disponer mejor los recursos del impuesto inmobiliario. Esta jugada podría ser la apertura del portal de los demonios, que se asocia con el concierto del grupo estadounidense Slipknot, pues se decía que esta banda abriría el portal hacia lo desconocido.

Esta populista idea de reformar la CN para fines sociales no sería otra cosa que un camino sinuoso para regresar a un tiempo oscuro en el que el expresidente Cartes también batalló por la reelección, pero lastimosamente no se dio, y esa locura terminó en un acto que enlutó prácticamente a todo el país.

Me pregunto, si «Yo soy el Estado», ¿quién lo dice realmente actualmente en nuestra política real?

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