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jueves, noviembre 21, 2024
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La sociedad aplastada por el Estado

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“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”. Es la frase inicial del preámbulo del Manifiesto comunista, redactado por Karl Marx y Friedrich Engels, entre 1847 y 1848.

Aunque las reivindicaciones proletarias de hace casi dos siglos hayan perdido fuerza e incidencia en el escenario sociopolítico global, podríamos tomarla en préstamo para caracterizar la situación de nuestra agonizante república: el fantasma de la dictadura cobra corporeidad física, cuerpo emocional, mental y cultural.

Asistimos a la “Crónica de un retorno anunciado”.  Y ansiado, por los nostálgicos del estronismo.

Es evidente la involución del sistema democrático, del que gozamos tras la caída de la dictadura. El retroceso se agudizó en este último año.  Sus expresiones son múltiples y coincidentes con el debilitamiento de la república y del Estado de Derecho: impunidad para los delincuentes amigos y persecución judicial a un inocente, como la que aplican al Dr. Luis Alberto Riart.

La descomposición afecta a los tres poderes y a las esferas públicas descentralizadas, en una competencia tan cerrada que resulta difícil establecer el ranquin de la corrupción, de la ineficiencia y de la vocación para destruir la enclenque institucionalidad. ¿La Municipalidad de Asunción, el Poder Judicial o el Parlamento? ¿Cuál es peor? ¿Con cuál quedarse?

La máxima ineficiencia se alcanza cuando coordinan sus acciones para empeorar la calidad de vida de la ciudadanía, como acaba de ocurrir con la Municipalidad, el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) y la Cámara de Diputados.

Para muestra, basta un botón

La cuenca del arroyo Ferreira es la segunda más importante de la Capital.

A partir de su encuentro con la avenida Félix Bogado y 21ª. Proyectada, en el barrio San Vicente, el arroyo bordea – separado por unos 20 m – un predio de más de 11.000 m2, propiedad de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de la ANDE.

El predio está cubierto por una rica vegetación, que actúa como protectora del arroyo, cuyos bordes se deslizan con las lluvias, lo cual motivó que la Junta Municipal declarara Emergencia ambiental para el arroyo.

Un supermercado mayorista propuso a los propietarios alquilar el predio por 20 años e instalar una estructura comercial que demandará la tala de 117 árboles de gran porte, a raíz de lo cual, los vecinos se organizaron bajo el lema “Salvemos el bosque de San Vicente”, para solicitar que, previa expropiación, el predio fuera destinado a parque público.

Con esta medida se habría logrado varios objetivos urbanos: la protección del arroyo, la seguridad de las personas y los bienes materiales ante los fenómenos climáticos y dotar a San Vicente de un espacio público de calidad. Recordemos que este es uno de los barrios asuncenos desprovistos de plazas públicas – salvo un diminuto predio habilitado durante el gobierno de Arnaldo Samaniego – porque la que estaba destinada a esa función, al igual que decenas de otras en toda la ciudad, fue ocupada por una seccional de la ANR.

La movilización vecinal fue constante, respetuosa de los procedimientos y abierta a la participación de quienes se identificasen con el reclamo.

Los vecinos acudieron a la Justicia, con recursos de amparo, a la Municipalidad y a ambas Cámaras del Parlamento, a medida que se iban cerrando las puertas a lo que, desde hace décadas, se reconoce como el Derecho a la Ciudad.

Puertas cerradas a la participación ciudadana

El MADES otorgó la Licencia ambiental para la construcción del tinglado, a pesar de que la Evaluación del Impacto ambiental presentaba datos erróneos (supuestamente, el arroyo habría estado “distante” del predio, cuya superficie también aparecía menor a la real) y que la Unidad de Recursos Hídricos y Suelo municipal advirtió que la superficie a ser intervenida se encuentra a solo 20 m del arroyo.

No obstante, la intendencia autorizó la construcción del tinglado y aprobó la tala de 117 árboles.

Por iniciativa de los diputados de Asunción Johanna Ortega y José Rodríguez, la Cámara Baja tomó cartas en el asunto y, por unanimidad, aprobó la expropiación del predio, encomendando su compra al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.

Cuando todo dejaba pensar que, en el Senado, la aprobación habría sido un mero trámite, ¡Oh, sorpresa!: la Cámara Alta dijo que no a los vecinos y a la ciudad – recordemos que Asunción es Capital Verde de Iberoamérica (¿?) -, justo cuando mayor es la demanda de áreas arboladas, ante la pésima calidad del aire y sus efectos en la salud humana.

Sin embargo, las sorpresas no terminan con esta boutade.

Devuelto a la Cámara de Diputados, que había aprobado la expropiación por unanimidad, el “bosquecito de San Vicente” se encontró con que, más de un tercio de quienes apostaron por la ciudad, prefirieron desproteger el arroyo, acompañar la tala de 117 árboles y apostar al tinglado.

La exclusión como regla

Mientras me disponía a escribir estas líneas, me enteré de la asignación del Nobel de Economía 2024 a tres economistas quienes, según la Academia sueca, probaron que “las sociedades con un estado de derecho deficiente e instituciones que explotan a la población no generan crecimiento ni cambios a mejor”.

Los escépticos y los optimistas a ultranza pueden remitirse a la “Ley garrote”, al injustificado faltante millonario en dólares de la administración municipal asuncena, a la aprobación por parte de la Junta municipal de un nuevo préstamo de la intendencia, a la aberrante prisión del exministro Riart, a la ilegal pérdida de investidura de la senadora Kattya González, a la ejecución sumaria del diputado Eulalio Gomes.

Invito a que vayamos completando un listado de errores y horrores políticos y jurídicos a los que asistimos, víctimas de la anomia, a la cual no podemos vencer.

La información añade que “los países que desarrollaron ´instituciones inclusivas´ – que defienden el Estado de derecho y los derechos de propiedad– han prosperado con el tiempo, mientras que los que desarrollaron ´instituciones extractivas´ – que ´exprimen´ los recursos de la población para beneficiar a las élites – han experimentado un crecimiento económico persistentemente bajo”.

Toda semejanza con nuestro país no es pura coincidencia.

Mabel Causarano: @MabelCausarano

15.10.2024

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