Parlamento reloaded 2.0

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Por Martín Ramírez Machuca

Se inicia un nuevo periodo parlamentario (2023-2028). En este nuevo juego de tronos se vislumbran nuevos rostros y a los viejos ya no los veremos, por suerte, pues debido a las desgracias de la vida del país, se ha tenido que aguantar congresistas por más de 30 años que no han dejado mucho para el desarrollo del Paraguay, especialmente en este caótico proceso de transición hacia una verdadera democracia.

Los nuevos entrarán con ganas de hacer algo y tratarán de cumplir sus fantasiosas promesas electorales, pero para decepción de muchos, algunos ya han sacado las uñas bien pulidas y han pactado de antemano al inicio del periodo parlamentario. Aducen que quieren dar gobernabilidad al ejecutivo, pero ¿Qué significa eso? ¿Dar prioridad a un poder de la nación antes que los otros poderes que deben tener las mismas prerrogativas según la Constitución Nacional?

Ha aparecido una frase que se está haciendo viral en estos días el «copamiento» del Congreso por el movimiento Honor Colorado, que llevó a la ANR a ganar la presidencia de la república y varios estamentos del país, y especialmente en el Congreso, donde se cuecen habas y se pactan los jugosos acuerdos para los referentes del partido ganador.

La percepción de “copamiento” no está desatinada, no debemos olvidar la famosa «aplanadora» durante la dictadura. Cualquier idea del ejecutivo, es decir del tendota, se aprobaban sin chistar en ese recinto donde debía primar la ley, justicia y democracia, aunque también bajo la mirada de los opositores, es decir, los liberales, quienes hacía el «contrapeso» al gobierno de Ströessner.

En cuanto al término «copamiento», no es más ni menos que una resignificación del término «aplanadora» al que hice alusión en el párrafo anterior. Entiendo que la generación actual, algunos muy jóvenes, otro smuy “cristalinos” no tienen el registro histórico necesario para dimensionar la peligrosidad de dejar en manos de un solo color la responsabilidad de legislar leyes que no precisamente irían en beneficio del castigado pueblo paraguayo.

El poder legislativo tiene funciones muy específicas en la Constitución Nacional. Lo pernicioso de un congreso “copado” y “aplanador” sería la desnaturalización de la independencia de los poderes, pues la lógica simple y llana infiere que si un congreso está copado por el partido ganador y con un presidente rendido a sus mandatos, se estaría coqueteando con una suerte de dictadura.

Entiendo que los paraguayos ya han avanzado un poco más en algunas cuestiones cívicas y podrán entender perfectamente la diferencia entre un gobierno dictatorial y uno democrático. Los poderes, independientes, juegan un rol preponderante para asegurar que el Estado de derecho funcione en una nación.

Se espera que los nuevos congresistas que se inician en este periodo puedan tener en mente em avanzar hacia el desarrollo del país y no hacia una involución que traerá atraso y más ignorancia al pueblo.

*Correo electrónico: mrmwebinars@gmail.com

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