Estoy segura de que no me van a creer, después de lo ocurrido con los Estados Unidos de Kailasa. Igualmente, intentaré demostrarles que Maulasia existe, bajo la forma de un reino, que está unido en el propósito común de su población de defender la cultura mau.
Con características únicas en el concierto de las naciones, sus autoridades y grupos civiles organizados apuntan a que el acervo cultural sea reconocido como una interfaz entre el Patrimonio intangible y el tangible. Lo amerita por las singularidades que lo distinguen.
Me dijeron confidencialmente – permítaseme no revelar mi fuente – que la UNESCO está a la búsqueda de una categoría patrimonial híbrida, a partir de investigaciones de antropólogos y expertos en estudios socioculturales, a quienes se sumaron varios analistas políticos atraídos por lo extraordinario de la organización social y estatal maulasiana, donde lo intangible adquiere rápidamente una importante materialidad mau.
Orígenes de su denominación
El nombre del reino sigue siendo objeto de controversias. Hay quienes lo asocian – injustamente, a mi modo de ver – con el adjetivo mal, malo, pronunciado mau en el portugués brasilero, del cual derivaría la connotación negativa (falso, ilegal) que se da a lo que, visto en su real dimensión, sin el sesgo legionario y globalista, expresa la rebeldía, el inconformismo, la innovación, la libertad de empresa, la apuesta por el libre mercado y la vocación igualitaria en el acceso al consumo de bienes de primera, segunda y tercera necesidad, atributos propios de los maulasianos.
Por este motivo, me inclino a pensar que sus padres fundadores se remitieron a la Rebelión del Mau Mau y la emergencia de la república de Kenia, liderada por un grupo insurrecto contra la administración colonial británica, entre 1952 y 1960. El nombre podría referirse a una cordillera local o al grito de guerra de los Kikuyu, la etnia mayoritaria en Kenia, lo cual sería aún más pertinente para el nombre Maulasia.
Aclarada la duda sobre la sílaba mau, la siguiente, la, cumple una función meramente eufónica, acorde con el cuidado que su lengua original presta para que resulte agradable el efecto acústico en la combinación de sonidos. Finalmente, el sufijo si, propio del vocabulario científico griego, acompaña la formación de sustantivos abstractos y significa “acción”, mientras ia que, al apocoparse pierde la “i”, alude a la cualidad.
Por tanto, el nombre Maulasia resume, cualitativamente, la rebeldía colectiva en defensa de lo que se identifica como atributos propiamente mau. Esta hipótesis puede demostrarse, gracias a los numerosos ejemplos en la economía, la educación, la ciencia y la cultura.
Dónde se ubica. Actividades destacadas
Según Whiskypedia, enciclopedia online a cargo de calificados investigadores y webmasters al servicio de la corte real, Maulasia se ubica en una zona que, hasta hace poco, se denominaba subtropical pero que, en realidad, sería tropical. O sea, es un país subtropical mau.
El centro neurálgico del gobierno se encuentra en una importante arteria de la capital del país, en donde también tienen sus sedes la compañía de electricidad, varias embajadas e instituciones educativas secundarias y terciarias.
Al igual que Kailasa, Maulasia es una isla, pero circundada de tierra, en lugar de un océano, y por vecinos con los cuales mantiene muy buenas relaciones.
En las fronteras, el intercambio de bienes y servicios fluye con total regularidad, interrumpido esporádicamente por inconvenientes irrelevantes, que no afectan al flujo trabajosamente construido desde mediados del siglo pasado, gracias a una eficaz “ventanilla única”, que reduce al mínimo las operaciones administrativas. El procedimiento sinergiza la labor de instituciones prestigiosas: la Aduana, la Policía, los institutos penales, los empresarios exportadores e importadores, las Fuerzas Armadas, las autoridades locales y otros actores abocados a la rápida y segura circulación de los bienes producidos en el país y en el exterior.
La generosidad de los maulasianos es proverbial, porque permite que, gracias a la aceleración de los trámites, sus vecinos y los consumidores de países alejados satisfagan en tiempo y forma sus adicciones al turismo, el arte y la cultura.
Por décadas, su población pudo acceder a vehículos de media y alta gama, gracias a operaciones de trasplantes de piezas y cambios de datos, a cargo de técnicos altamente especializados. Les llamaron impropiamente “autos clonados” cuando, en realidad, recibían un tratamiento rejuvenecedor, tal como lo hacen muchas personas para mejorar su aspecto, sin que alguien se escandalice por ello.
Es altísima la competitividad de su sistema productivo: habían transcurrido pocas horas, entre la salida al mercado del tema Adiós rosa de Inglaterra de Elton John, en homenaje a la princesa británica fallecida Diana Spencer, y su circulación en el país, que se adelantó al resto del mundo. También sus autoridades valoran y se apropian de las buenas propuestas, como la de una cementera, donada gentilmente por inversionistas europeos, enamorados del país.
Referentes en hospitalidad y educación
Maulasia se destaca por su hospitalidad, como se vio con los representantes de Kailasa. Las puertas se abrieron a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial que no confiaron en la justicia de sus respectivos países, a los presidentes depuestos de las repúblicas hermanas y a los autodefinidos representantes de prestigiosas marcas automovilísticas europeas.
Conscientes de las demandas y oportunidades de la sociedad del conocimiento, la intelligentsia maulasiana impulsa el acceso universal a la educación.
Las universidades de origen y orientación mau se multiplican y compiten con las de la región, gracias a las innovadoras modalidades de formación, que concentran la oferta académica en plazos adecuados para quienes no tengan tiempo para estudiar, vivan en lugares desde donde no puedan desplazarse ni, por cualquier motivo, tengan posibilidades de cursar a distancia.
Me comentaron que esta apuesta se expresaría en un proyecto que comprime en cuatro años la formación preescolar y básica, en dos la secundaria, en tres la licenciatura y en un año la especialización, la maestría y el doctorado.
Sería casi seguro que esta revolucionaria y disruptiva oferta, enfocada a la calidad y la mejora continua, obtenga la certificación ISOMAU 9001 para seguir liderando el ranquin regional de las mauniversidades.
*Correo electrónico: mabelcausarano@gmail.com