Un país que bien baila

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Finalizó un año pródigo en acontecimientos de impacto internacional, regional y nacional. En mayor o menor medida, los dos primeros tendrán repercusiones políticas, económicas, sociales y ambientales en el ámbito local.  

A nivel internacional

Cuando la OMS declaró el fin de la emergencia por la Covid-19, proseguía la guerra entre Rusia y Ucrania y, el 7 de octubre, tras el ataque del grupo palestino Hamás contra el sur de Israel, se desataba el conflicto bélico que tampoco tiene visos de concluir en la brevedad.

El 2023 fue el más caluroso desde que se tiene registro – superó al 2016 -, con consecuencias catastróficas: sequías que provocaron hambrunas, incendios devastadores y huracanes de inusual potencia. En la COP28 de Dubái (28ª Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático), se aprobó un compromiso calificado como «histórico» por su llamamiento, sin precedentes, a abandonar progresivamente los combustibles fósiles, principales emisores de gases de efecto invernadero y causantes del calentamiento global.

También vio el boom de la Inteligencia Artificial, con importantes desarrollos en la investigación, la innovación y su aplicación en diferentes áreas, como el avance de la medicina personalizada y el cambio del paradigma laboral.

Se reactivó la carrera espacial, con la Luna en posición central, gracias a la nave india no tripulada, que tocó el suelo lunar en una zona nunca explorada, próxima al polo sur del satélite. La India se convirtió en el país más poblado del mundo, con 1.428,6 millones de habitantes contra los 1.425,7 millones de China.

Donald Trump es el primer presidente estadounidense, activo o retirado, en ser procesado penalmente, lo cual no le impediría presentarse, con muy buenas posibilidades, a las elecciones de 2024.

En el contexto regional

Por tercera vez, Lula asumió la presidencia del Brasil, en una ceremonia en la cual los seguidores de Bolsonaro generaron numerosos disturbios, entre ellos, los ataques a las sedes del Congreso y del Supremo Tribunal Federal, en Brasilia. En Argentina, el economista libertario Javier Milei ganó la presidencia, tras una campaña en la cual hizo gala de un estilo osado y proclive a las teorías conspirativas, que le valieron comparaciones con Donald Trump.

Luego de cuatro años, Chile cerró un largo y complejo proceso constituyente. Al rechazar la propuesta conservadora, impulsada por la derecha y la ultraderecha, los chilenos eligieron mantener la Constitución vigente, varias veces reformada, heredada de la dictadura militar.

Ecuador enfrenta la violencia e inestabilidad política, con una tasa de 44 asesinatos por cada 100.000 habitantes y más de 7.000 homicidios, durante el 2023. Uno de los hechos más graves fue el asesinato del candidato Fernando Villavicencio, en plena campaña presidencial.

En la COP28, al no firmar Argentina ni Paraguay el compromiso para reducir el impacto de la agricultura, el Mercosur quedó dividido en la Declaración sobre Agricultura Sustentable, impulsada por los Emiratos Árabes Unidos, que, si bien reconoce el impacto del sector, critica las medidas proteccionistas de la Unión Europea.

En nuestro país

Al hacer memoria sobre los sucesos del 2023 me remito al malambo, danza argentina caracterizada por los zapateos, compuestos por una serie de movimientos combinados. También se los denomina «mudanza» y se separan mediante un golpe de pies llamado «repique», sonido rápido y particular que indica el término de un zapateo y el comienzo de otro.[1]

Es indiscutible que, entre zapateos y repiques, los paraguayos hemos perfeccionado nuestras habilidades performáticas y estamos listos para concursar en los festivales más renombrados del Mercosur.  Salvo por un particular, que señalaré al final de esta nota.

Nobleza obliga a agradecer a los actores políticos de ambas Cámaras del Parlamento, el Palacio de Gobierno, los ministerios, las cárceles, el quincho de la avenida España y la Embajada de los Estados Unidos. También a los aficionados del Poder Judicial y de los organismos extra-poderes.

La prensa merece un reconocimiento por alentar la práctica de tan saludable actividad. No se puede enfrentar tal desafío sin entrenar el cuerpo a diario, fortalecer la mente y el espíritu para evitar los desgarres emocionales y la fatiga cerebral.  

Hasta el 30 de abril, nos dedicamos al precalentamiento, con los rituales electorales, las visitas a todos los rincones del país, las promesas maquilladas de propuestas de gobierno, el reparto de besos y abrazos a desconocidos, las encuestas, las entrevistas y los cierres de campaña. Entre el 1º de mayo y el 30 de junio, todas las letras de las danzas – ajustadas al ritmo de seis unidades por compás – denunciaban el fraude electoral, con malambistas de nueva y vieja data, agrupados en la Concertación Nacional, y outsiders de Cruzada Nacional, exhibiendo su arte frente al TSJE, en varias rutas y, finalmente, en las comisarías.  

Fue muy ilustrativo indagar sobre los nuevos arribados al Parlamento, su desempeño político, su experiencia profesional, el historial académico, la etimología de algunos apodos – como Mbururu, por ejemplo –, una vez proclamados los electos. A partir del 15 de agosto, el Poder Ejecutivo introdujo un movimiento llamado “reculada”, innovación muy valorada entre los malambistas.

Desde el inicio, la performance de ambas Cámaras fue muy demandante: ni bien aprendíamos una música, se la sustituía por otra.   

Tengan en cuenta que, cada zapateo, se realiza con «ida» y «vuelta», o sea, cuando termina uno, debe repetirse, pero con la particularidad de que cada golpe sea realizado con un pie distinto al de la primera vez.[2]

Juro que no nos daba el tiempo para repetirlo. Tal era el dinamismo del cambio. Pero, lo más crítico, es que corresponde realizar el zapateo con el pie izquierdo y luego con el pie derecho.[3]

Es el único requisito que no podemos cumplir. La inmensa mayoría zapatea con el pie derecho y, por más que se esfuerce, no adquiere destreza con el izquierdo, motivo por el cual podríamos no resultar ganadores del Festival Internacional del Malambo, aunque, con el nuevo escenario político argentino, aumentan, en algo, nuestras chances.

Al final de cuentas, lo importante es no ser “El último orejón del carro”, como bien diría el diputado Galaverna.

*Correo electrónico: mabelcausarano@gmail.com

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