Regresé al país después de un buen tiempo con el fin de desarrollar algunos proyectos relacionados con la comunicación y la docencia, proyectos que tuvieron el éxito esperado. Logré crear una filial del Canal MD62 www.canalmd62.com, ex Canal Opinión´i, en el centro de Asunción, con el fin de conectar y transmitir informaciones y temas de interés directamente entre las ciudades de Asunción, Paraguay, y Hamburgo, Alemania. En Asunción se queda un equipo humano talentoso, a quienes les tengo fe de que la incubación de un proyecto totalmente independiente, que a puro pulmón saldrá adelante en poco tiempo.
En este tiempo que me llevó organizar el proyecto, tuve la oportunidad de hacer un mapeo casi general del casco antiguo de la ciudad de Asunción, capital de la República del Paraguay. Experimenté personalmente las vicisitudes que se viven en la capital. La otra vorágine que se vivía en los albores de la represa Itaipú y otras décadas, ya no se ve lastimosamente. La ciudad queda casi desierta a partir de las 17 horas, quizás porque el horario de trabajo así lo permite, que se inicia entre las 8 y 9 de la mañana y se extiende hasta las 18 en varios comercios.
La estampida que genera eso para regresar a casa es impresionante, pues el precario servicio de transporte público se ve colapsado y no da abasto para transportar a todas las almas que viven fuera del radio céntrico. Personalmente, me tocó una de esas malas experiencias, pues tenía una cita a cierta hora, y el colectivo se descompuso a mitad de camino, con poca amabilidad del chofer, y con un cerrado guaraní dijo : «peguejypáke ha pejagarra otro», previa devolución del pasaje virtual de la tarjeta. En fin, no quiero enfocarme en los puntos negativos que he visto durante ese tiempo, pues es de público conocimiento que la ciudad está bastante abandonada y quizás dejada a su suerte, hasta que un patriota con visión histórica y urbanística pueda rescatarla.
A pesar de los puntos negativos, pude abrir bien los ojos para deleitarme con la belleza y valor incalculable que encierra esta hermosa ciudad, “Madre de Ciudades”. Los edificios coloniales, sus calles con sus pendientes que invitan a un cardio obligado, la amabilidad de su gente que invita a conversar de cualquier tema para un desahogo urbano de unos minutos, sus vendedores de chipa, cocido, y otros vendedores de artículos electrónicos de los que no se sabe si sus ventas se adecuan a las normativas municipales, que de alguna manera forman parte de la postal de la capital. El puerto de Asunción, la Recova, los lugares históricos, la Catedral, el Panteón y tantos edificios emblemáticos que representan el sentir y la historia del paraguayo.
En todas las capitales del mundo, los cascos antiguos son protegidos y son tesoros de la nación que, además, generan un ingreso económico de preponderancia con la afluencia de turistas de todo el mundo. A modo de ejemplo, las ciudades de París, Londres, Nueva York, Hamburgo, Lübeck, etc., explotan de veraneantes, turistas, comerciantes, y toda una gama de posibilidades que generan ingreso para que las ciudades se vean bien bonitas, bien mantenidas y seguras.
Ya que se habla actualmente, de forma extemporánea, de posibles candidatos a intendentes, y algunos ya hablan de candidatos a la presidencia, es hora de que el dueño de la capital de la República del Paraguay: los propios asuncenos y todo paraguayo de bien, protejan a su capital y exijan a las autoridades que dejen el famoso «vai vai» y se pongan las pilas para rescatar a Asunción de la desidia, del abandono, de la negligencia y de la falta de acciones concretas y certeras para mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.
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