Incendios y políticas ambiental y forestal (*)

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Fuente imagen: wochenblatt (https://wochenblatt.cc/)

Desde Río-92 también conocida como la «Cumbre de la Tierra», (han pasado 32 años) comenzó a difundirse más claramente la noción de «Desarrollo Sostenible», definido como «un desarrollo que satisfaga las necesidades actuales sin comprometer los recursos para las generaciones futuras».

Los esfuerzos de Rio-92 prosiguieron con el Protocolo de Kioto con grandes controversias, sobre todo por parte de los países industrializados y luego Rio +20 con la polémica conceptual denominada “economía verde”. Estos largos procesos de dialogo y concertación internacional promovieron a nivel país la implementación de la Agenda trazada con la estructuración de un nuevo marco institucional, la creación de la secretaria del Ambiente SEAM, elevada a Ministerio del Ambiente y Desarrollo sostenible MADES y el Instituto Forestal Nacional INFONA entre las más relevantes en el ámbito de la aplicación de Políticas, Gestión Ambiental y Desarrollo Forestal.

Estas instituciones mencionadas administran; el MADES la Política Ambiental Nacional (PAN 2005) y el INFONA la Política Forestal Nacional (PFN 2006). Han pasado 19 largos años y ninguna de las dos lograron conducir las respectivas políticas con el agravante de un mayor deterioro ambiental evidente. Lamentablemente, el MADES no ha logrado aplicar efectivamente los Principios de la PAN de: Sustentabilidad, Precaución, Integralidad, Gradualidad y Responsabilidad, al punto que el 24 de julio del 2020 el MADES plantea el inicio del proceso de actualización de la Política Ambiental (PAN) sin tan siquiera haya logrado efectividad en la aplicación de la versión existente. Como ejemplo, el importante principio de Precaución mediante el cual hubiéramos estado en las mejores condiciones de prevenir y afrontar los incendios forestales diseminados en todo el territorio nacional sobrepasando con creces la endeble y desorganizada capacidad de respuesta de las dos instituciones, MADES – INFONA.

Con la Política Forestal Nacional (PFN 2006) con 18 años de vigencia, conducida y administrada por el INFONA, sucede lo mismo y aun peor ya que las atribuciones que le otorgan la Ley 422/73 al INFONA están repartidas en otras instituciones afines como el MOPC, SENAVE y otras. En tal sentido se menciona un artículo periodístico de fecha 12/06/2013, donde el responsable principal de La Secretaría del Ambiente (Seam) de ese tiempo menciona que su institución y el Instituto Forestal Nacional (Infona) tienen algunos roles superpuestos que dificultan el control eficiente en el sector forestal. Han pasado 11 años sin visos de solución de estas superposiciones y la deforestación sistemática e incendios de los bosques nativos continúan sin pausas, como ejemplo el lamentable incendio de 195.000 has de bosque nativo chaqueño, un ecosistema de extrema fragilidad.

La política forestal, en su visión del escenario forestal futuro, definido temporalmente para el año 2025, se proyecta con instituciones forestales consolidadas y fortalecidas; los bosques y su biodiversidad conservados y manejados eficientemente en el marco de un desarrollo forestal sostenible; la producción y productividad de bienes y servicios forestales incrementadas; la cobertura boscosa ampliada mediante la recuperación de áreas degradadas y deforestadas, además de las funciones económicas, sociales y ambientales de los bosques ya estén contribuyendo significativamente al desarrollo económico y social del Paraguay. Nos quedan menos de 1 años para el 2025 y con la Política Forestal Nacional (PFN) vigente han pasado un poco más del tiempo de un ciclo de corta de plantaciones forestales de rápido crecimiento, con el agravante que solo cubrimos el 10% de la demanda nacional con productos forestales provenientes de forestación y reforestación. La pujante industria forestal nacional de otros tiempos ha desaparecido literalmente.

Las improvisaciones y el abandono están privando a todo el país de la posibilidad de concreción del Desarrollo Forestal, cuyo potencial puede y debe ser promocionado en la brevedad del tiempo, con la recuperación de áreas de bosques nativos remanentes y el tan postergado Plan de Reforestación. Los instrumentos de mercado, fiscales, financieros y jurídicos regulatorios previstos en la política, tienen en la actualidad mayores posibilidades de aplicabilidad para el fomento de la Producción Forestal y el fortalecimiento industrial.

Ante esta realidad cuya trayectoria está marcada por instituciones con capacidad de gestión y operatividad débiles y confusas es urgente aplicar una acción resiliente que nos permita desarrollar de manera conjunta y planificada toda la capacidad para afrontar la adversidad y lograr el desarrollo sostenible alcanzando un estado de excelencia en la aplicación de las políticas establecidas. Esta resiliencia exigirá de todos capacidad y carácter, único camino para superar las condiciones adversas causadas por las improvisaciones y falta de planificación estratégica que superadas nos proyecten al futuro con mayor seguridad para el logro de bien común.

*Arnulfo Fretes (@ArnulfoFretes)

Ing. Forestal

Magister en Planificación y

Conducción Estratégica Nacional

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