La victoria de Trump (MAGA) parece estar trazando nuevos rumbos y cambios radicales en el orden mundial, mucho antes de su asunción como presidente de su país. En ese sentido, ya se manifiestan algunos referentes políticos internacionales ante el fenómeno del trumpismo. Por ejemplo, el excomediante y actual presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, estarían interesados en resolver sus conflictos con la mediación de Trump. Esta movida ya es una señal muy interesante para reducir las tensiones y la inminente posibilidad de una guerra nuclear que lentamente asoma en Europa, lo que sería una catástrofe para el continente europeo y tendría consecuencias directas en otros continentes del mundo.
Por otro lado, algunas noticias están causando dolores de cabeza a muchos referentes y aliados de Israel, así como a sus enemigos en Palestina. La Corte Penal Internacional emitió una orden de captura contra el actual presidente de Israel, Benjamín Netanjahu y el ministro de Defensa de ese país,Yoav Gallant, además de ordenar el arresto de Mohammed Deif, un alto cargo de Hamás y jefe de su ala militar. Aunque según algunas informaciones, Deif ya habría muerto en un ataque israelí hace unos meses. Por su parte, Italia y los Países Bajos ya anticiparon que arrestarían a Netanyahu en caso de que este pisara sus territorios.
En fin, las cosas se están moviendo. Aunque aún no parece existir una relación directa con la victoria de Trump, mi intuición me dice que habrá que esperar las consecuencias de esta potente declaración de la CPI.
A nivel regional, Paraguay ya se ha manifestado a favor del presidente de Israel, al igual que Argentina, pues es sabido que Milei tiene una fuerte afinidad con Israel debido a su simpatía por la religión judía y otros motivos ideológicos. Lo que resulta curioso es por qué Paraguay insiste en involucrarse en asuntos que no le corresponden, siendo un país pequeño que apenas balbucea en el contexto geopolítico internacional. En lugar de intentar resolver problemas regionales, como la hidrovía, prefiere involucrarse en eventos que claramente no le competen. ¿De dónde proviene este repentino interés hacia Israel? Según la información disponible, esta afinidad se intensificó durante la presidencia de Horacio Cartes, y, por ósmosis, el gobierno actual parece seguir sus pasos. Por poco, parece que Paraguay casi se convierte al judaísmo solo para congraciarse con la política de Israel.
Creo que el gobierno, en estos casos, debe mantener la cordura, la reflexión y la sabiduría antes de emitir declaraciones que puedan ser perjudiciales para los intereses del país. Además, ¿cuál es la ayuda directa de Israel hacia Paraguay? ¿Qué beneficios concretos recibe el país para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos? ¿O todo se reduce a la amistad entre ciertas figuras políticas o al voto histórico de Paraguay a favor de la resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1947, que aprobó la creación del Estado de Israel?
Más allá de estos hechos anecdóticos, no parece haber otra justificación para tanta cercanía con Israel, especialmente considerando que las autoridades actuales de ese país tienen como convicción la eliminación física de los ciudadanos palestinos.
El tema Israel-Palestina es mucho más complejo, y entiendo que Paraguay debería mantenerse fuera de esta discusión, ya que podría acarrearle graves consecuencias. Lo que el actual gobierno paraguayo debería enfocarse en es impulsar la industrialización del país, promover su desarrollo en todas las áreas y, en resumen, potenciar su figura como un país libre y próspero en la región del Cono Sur.
Se perfila un interesante movimiento de decisiones políticas a nivel internacional tras la asunción de Trump al gobierno de los EE.UU., que, a pesar de todo, sigue siendo el país más poderoso del planeta.
Fuente consultada:
DINÁMICAS HISTÓRICAS Y EL PRESENTE DE
LA RELACIÓN PARAGUAY, ISRAEL Y PALESTINA: https://www.scielo.org.mx/pdf/fi/v64n2/0185-013X-fi-64-02-491.pdf
