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jueves, noviembre 21, 2024
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ONG en Paraguay: entre el desarrollo y la dependencia externa

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Nuestro país recibe una cantidad significativa de apoyo de diferentes organizaciones internacionales, además de las famosas ONG, que son organizaciones no gubernamentales, es decir, organizaciones que no persiguen lucro y que, legalmente, no están relacionadas jerárquicamente con las instituciones del Estado. Estas organizaciones, en su mayoría, actúan como intermediarias entre empresas privadas e instituciones públicas.

De acuerdo con el portal de PRO ONG, estas organizaciones están clasificadas en tres grandes grupos:

  1. Asociaciones con capacidad restringida: Son las ONG que solo ofrecen un servicio o beneficio a sus socios o miembros, como en el caso de la Asociación Rural del Paraguay y la Asociación de Industriales Gráficos del Paraguay. Los más conocidos son gremios profesionales.
  2. Fundaciones: Son similares a las asociaciones de bien común en el sentido de que ofrecen servicios al público, pero con la diferencia de que carecen de asociados y son de carácter perpetuo. Algunos ejemplos son la Fundación Paraguaya y la Fundación Principios de Vida.
  3. Asociaciones de bien común: Son las ONG que ofrecen un servicio para el público en general. Por ejemplo, el Colegio Politécnico Johannes Gutenberg es una asociación de bien común, al igual que la Asociación El Camino, que es una comunidad terapéutica para el tratamiento de adicciones.

Desde todo punto de vista, la ayuda altruista que las ONG ofrecen al país para el desarrollo de su población es loable y positiva, siempre y cuando estas organizaciones cumplan estrictamente los objetivos que persiguen.

Hace un tiempo que en nuestro país se ha instalado una buena cantidad de ONG. Un listado exhaustivo se puede obtener en el «Directorio de Organizaciones Privadas de Desarrollo del Paraguay», material publicado por el Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD) en 2003.

La diversidad de servicios que ofrecen estas organizaciones es impresionante; todas ellas apuntan hacia el desarrollo del país. Se sobreentiende que los proyectos presentados por cada organización deberían tener un impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos paraguayos, claro, siempre que realmente se ejecuten correctamente.

En cuanto a su efectividad real, algunos políticos han tocado el tema y han sugerido que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) controle mejor el presupuesto destinado a las investigaciones. Esta sugerencia ha desencadenado una fuerte respuesta del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) en apoyo a las actividades que desarrolla. CLACSO reúne a varios centros de investigación en Paraguay.

El año pasado, un medio periodístico publicó que Itaipú Binacional entregó casi 2 millones de dólares a la ONG Nuevo Horizonte para la construcción de empedrados, aunque al parecer, el proyecto tuvo ciertas imprecisiones en su ejecución.

Siempre sostengo que Paraguay debe salir de su letargo y dejar de recibir limosnas de países “hermanos” y, por supuesto, de varias ONG que, a la postre, también solicitan apoyo financiero al Estado. Estimo que la Contraloría General de la República tendrá bien documentado el movimiento financiero de estas organizaciones.

Lo interesante de toda esta historia es que varias de estas organizaciones están radicadas en nuestro país desde hace muchos años, siempre con el objetivo altruista de desarrollar el país. Cabe aclarar que muchas de ellas sí colaboran y trabajan incansablemente para mejorar la calidad de vida de muchos paraguayos, pero también hay algunas que parecen estar solo de fachada, sin lograr sus objetivos propuestos.

Casi diariamente se lee en los medios que Paraguay está mal en todos los ejes de su estructura como Estado, especialmente en el plano de la justicia, y ni hablemos de educación y seguridad ciudadana.

Mi pregunta, quizás un poco ingenua, es entonces: ¿Qué han hecho o qué hacen estas organizaciones? ¿Cuáles son los resultados exitosos que pueden replicarse en otros contextos del país para impulsar su desarrollo? Actualmente, y según datos internacionales, Paraguay está:

Entre los peores lugares en el índice de corrupción en el sistema judicial. A modo de ejemplo, se ha hecho evidente que el gobierno de EE.UU. ha intervenido para intentar reordenar el caos generado por la corrupción generalizada en el Estado.

En educación, no alcanzamos ni el nivel básico de la prueba estandarizada PISA, es decir, estamos aplazados.

En cuanto a seguridad, el ciudadano común está a merced de su Ángel de la Guarda, tratando de no morir en manos de un motochorro, caballo loco, jegua loca, chespi o cualquier otro delincuente.

En fin, la lista es larga, y el lector podría ayudar a engrosarla de acuerdo con sus vivencias personales.

Es lamentable y degradante que el Estado paraguayo, con tres hidroeléctricas, tenga que pedir limosnas para alimentar a nuestros niños. Según los grandes pensadores que actualmente dirigen la educación del país, sin la ayuda económica de la Unión Europea muchos niños pasarían hambre. Tal vez alguna ONG podría “investigar” por qué somos tan resilientes o, simplemente, incapaces de exigir que nuestras autoridades cumplan su rol ante el pueblo.

Como el paraguayo es estoico y resiliente, esperará nuevamente estos cinco años a ver qué tal le va, porque los mesiánicos políticos que quieren llegar al sillón presidencial, sin importar el color de la bandera que representen, alardean que “vamos a estar mejor”.

Fuentes consultadas:

https://bacn.gov.py/archivos/9332/Ley+6380.pdf

https://www.cird.org.py/institucional/documentos/Directorio_ONGs.pdf

«Itaipú entrega casi US$ 2 millones a ONG para construir empedrados», Política – ABC Color

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