Cuando el 2 y 3 de febrero de 1.989 llegó el golpe de Estado que derrocó a un gobierno dictatorial liderado por Alfredo Stroessner, la ciudadanía paraguaya creyó respirar aires de libertad y confió que todo iba a mejorar, merced a hombres patriotas que nos habían liberado del yugo totalitario plagado de perseguidos políticos, presos, torturados, desaparecidos y muertos. Pensamos que esos mismos patriotas libertarios iban a guiarnos hacia una democracia plena, hacia la consolidación del Estado de Derecho, hacia el funcionamiento correcto de las instituciones públicas, al fin de la corrupción, la impunidad, el clientelismo, el nepotismo, la instrumentalización de la justicia hacia intereses sectarios.
Llegaron así las primeras elecciones municipales libres de la historia, y el 26 de mayo de 1.991, la capital Asunción del Paraguay tuvo la primera gran sorpresa, fruto precisamente de esas ansias de libertad, de democracia que tenía la ciudadanía. Un joven médico del hospital de Clínicas que había luchado contra la dictadura llamado Carlos Filizzola, emergía triunfante con su movimiento “Asunción para todos” y fue así el primer intendente no colorado luego de aquellos 35 años de stronissmo y dictadura.
Luego de esto, en diciembre de 1.991 se había convocado a una Convención Nacional Constituyente, y el 20 de junio de 1.992 se sancionó la primera Constitución Nacional democrática del Paraguay. Con sus aciertos, errores y algunas omisiones, fue una Constitución moderna para aquel tiempo, aunque ya vimos luego de más de 30 años de su promulgación que necesita algunas reformas. Además, no mucho tiempo después se encontró asediada, pisoteada y violada por los gobernantes de turno, hoy más que nunca.
Si bien se citó a Filizzola como un ejemplo del despertar ciudadano, este no pasó de ahí y pronto la ANR cerró sus filas y volvió a tomar el poder en las Muncipalidades y las acrecentó en Gobernaciones y especialmente en el Ejecutivo y Legislativo. Allá por el 2.008, Fernando Lugo fue un outsider surgido nuevamente del hartazgo, pero finalmente cometió errores y también fue abandonado por casi todos sus aliados, cayendo así antes de terminar su mandato, juicio político mediante. Federico Franco, quien lo reemplazó en el cargo, en un año no hizo mucho para convencer a nadie y con la aparición de Horacio Cartes el panorama volvió a cambiar, retomando y afianzando el poder la ANR hasta nuestros días.
El gobierno de Cartes empezó con una “selección nacional”, en donde nombró a algunos Ministros no colorados, con excelente currículo. El panorama parecía pintar bien, pero no pasó un año para que el nuevo poderoso señor mostrara la hilacha. Los dirigentes de base empezaron a presionar y se fueron dando cambios. Sus allegados adulones endulzaron sus oídos con la reelección (expresamente prohibida por la Constitución) y empezaron las firmas pro enmienda (miles de ellas falsas y de muertos) y se empezó a gestar así otro marzo paraguayo, no muy diferente al de 1.989. Aquel intento de enmienda fue sangriento y costó la vida de Rodrigo Quintana, un joven liberal cuya muerte acaecida entre el 31/03/17 y el 1 de abril de ese mismo año en sede del PLRA, atropellada por la policía cartista aún hoy se encuentra impune. Se frustró la enmienda a muy alto costo, desistiendo Cartes de sus ansias de reelección. Candidató a Santiago Peña, pero éste perdió en las internas con Mario Abdo, tal vez por lo sucedido en marzo de 2.017 y los audios de González Daher a fines de ese año, que mostraron como el propio presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados manipulaba los procesos judiciales, lo cual también costó a este Senador su cargo, pérdida de investidura mediante.
Luego de unas internas durísimas y aparentemente irreconciliables, vino el abrazo republicano y con ello la aparente calma. Incluso el cartismo salvó a Marito del juicio político por aquel acuerdo secreto de Itaipu, pero está claro que las cosas nunca se arreglaron del todo. Vino la pandemia y con ella saqueos groseros y una impunidad casi total de los autores. Superada la crisis, Marito terminó su mandato y se fue en silencio ante el triunfo –ahora sí- de Santiago Peña en las internas. Todo esto pese a las designaciones de significativamente corrupto y la sanción a las empresas de su mentor Cartes.
Al asumir Peña y designar a su primeros Ministros, ya se vio que en realidad las órdenes y los nombramientos venían del quincho de España y Gral. Garay, no del Palacio de López. El presidente electo cumplía fielmente las órdenes del de facto y violó por primera vez la Constitución al nombrar a sus Ministros como Consejeros de Itaipú, lo cual está expresamente prohibido por los Arts. 237 y 241 de la CN. Más adelante, sacó a un Miembro del Consejo de la Magistratura (Enrique Kronaweter) cuyo mandato constitucional vencía en 2026 para nombrar a una ex Ministra de la Corte Suprema de Justicia (Alicia Pucheta), leal a Horacio, cometiendo así su segunda violación constitucional.
Se estaba gestando el copamiento y cooptación de todas las instituciones. Cartes ya tenía garantizada mayoría propia en Diputados, y poco a poco lo fue logrando en el Senado. Tomó el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Luego se vio que también tiene en sus manos al Fiscal General del Estado, que tiene a un hijo y al hermano en la función pública. De hecho, el Ministerio Público desde tiempos de Díaz Verón y luego con Sandra Quiñónez dio muestras siempre que estaba sometido al ex presidente, así como claramente lo está el actual, que decepcionó a propios y extraños.
En julio de 2023 Cartes presentó denuncia “innominada” por supuesta denuncia falsa, persecución de inocentes, simulación de hecho punible, revelación de secretos y asociación criminal, pero nominando en realidad al ex presidente Abdo y a otros ex colaboradores suyos. Cuando esto se hizo público, los aludidos acudieron al Ministerio Público a verificar la causa, pero a todos se les negó acceso a la investigación, supuestamente por no ser partes, “por no estar investigados”.
Meses después, se dan más sorpresas. Se realizó la convención de la ANR en fecha 09/03/24, en la que todo hacía presumir un marco de cordialidad y promesas de unidad, con discursos grandilocuentes, efusivos y el famoso “abrazo republicano”, integrándose incluso una mesa directiva con un gran porcentaje de miembros de Fuerza Republicana (ex Añetete). Sin embargo, la traición estaba latente y nadie se la esperaba. Mientras abrazaba a quienes considera sus enemigos, Horacio estaba preparando el puñal, y así habría dado la orden para que ese mismo lunes 11 de marzo de 2.024 (inmediatamente luego de la convención) se presente la imputación contra Mario Abdo Benítez, Carlos Arregui, Arnaldo Giuzzio y varios otros ex colaboradores del primero de los nombrados, como finalmente sucedió. Nunca hubo tal reconciliación, sino solo una inteligente y maquiavélica estrategia para consumar la vendetta del jefe.
Pero las sorpresas también llegarían de otro lado. El miércoles 13 de marzo de 2.024, la periodista de Abc tv y Abc Cardinal Mabel Rehnfeldt hizo un anuncio sobre una noticia impactante. Minutos después, mostró imágenes de unos videos supuestamente tomados al celular del fiscal Aldo Cantero, encargado de llevar adelante el caso c/ Mario Abdo y otros. Tales videos mostraban un intercambio de mensajes y audios supuestamente entre Cantero y el abogado Pedro Ovelar, representante de Cartes, donde Ovelar impartía órdenes y el fiscal citado asentía. Estas evidencias revelan el total sometimiento del representante de la sociedad, que habría cumplido con todas las órdenes provenientes del profesional nombrado, vale decir, de Cartes.
Antes de este vergonzoso y escandaloso hecho, el Fiscal Gral. del Estado Emiliano Rolón había emitido un comunicado desde el exterior intentando defender a la institución, pero tuvo que regresar presurosamente al día siguiente (14/03/24) para enfrentar la situación. Sin embargo, dio una conferencia de prensa insulsa, tediosa, aburrida, lamentable e irritante. Como tiene acostumbrado, se expresó con tecnicismos, palabras y frases rebuscadas, restando importancia al grave hecho que uno de sus fiscales se mostraba como empleado de parte. Anunció el cambio de fiscales y la instrucción de un sumario, pero no dispuso medidas urgentes y necesarias, como la incautación de los celulares y computadoras de los fiscales sospechados, a fin de proteger las evidencias que podrían existir. Ya antes había realizado una declaración lamentable e inadmisible por el caso del ex fiscal Pecci, asesinado en Colombia; dijo textualmente: “ni Mandrake lo podrá resolver”, quedando en consecuencia con ese mote, MANDRAKE.
Luego de esto, las defensas técnicas de los imputados realizaron conferencias de prensa y presentaciones varias a la fiscalía, buscando reencauzar el procedimiento, totalmente viciado y por ende, nulo de nulidad absoluta. Los hechos acaecidos ameritan la apertura de una causa penal c/ el fiscal Cantero mínimamente por prevaricato, pero hasta ahora nada ha pasado, e incluso la jueza penal de Garantías Cynthia Lovera (hoy recusada) admitió la imputación pese a tener conocimiento de todas las irregularidades, obviando oponerse a ella como es su obligación, de conformidad a los Arts. 282 y 314 del código procesal penal.
En medio de todo esto, el Consejo de la Magistratura también ha demostrado a quien responde, eligiendo jueces a medida, sin considerar méritos ni aptitudes, nombrando a ex fiscales amigos, fieles soldados del verdadero presidente. Omar Legal, uno de los privilegiados, fue por entonces un fiscal de la causa c/ Abdo y otros, que negó expedición de copias al abogado de Arnaldo Giuzzio. Por su parte, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados obró en el mismo sentido, protegiendo por ejemplo a la fiscal Stella Mary Cano, quien pese a ser harto probado que montó una causa en contra del ex intendente Mario Ferreiro, solo recibió un apercibimiento en su juzgamiento. La demostración de fuerza quedó hecha; el cartismo también manda en el CM y el JEM con la dictadura del voto de la mayoría.
Como se ve, el Paraguay es hoy un país sin rumbo, con una democracia enferma y en estado terminal, MORIBUNDA. Carecemos de seguridad jurídica, lo que destroza al Estado Social de Derecho. La Constitución de 1.992 que siempre fue asechada, pisoteada e ignorada hoy no rige; es letra muerta. Estamos más bien viviendo otro tipo de dictadura, en donde el que realmente gobierna instrumenta a las instituciones como se le antoja hacia sus intereses personales. Si el Ministerio Público, que nos debe representar como ciudadanía está corrompido y sometido, estamos perdidos. Si el poder judicial tampoco hace su trabajo y no enfrenta a esta colusión entre un sector político y la fiscalía, ya vamos cayendo al abismo.
Tenemos un presidente débil y timorato, que no gobierna, que no se planta, que no toma decisiones. Más bien las toma en apariencia, pero luego retrocede. El verdadero poder es el de facto, el que desde la comodidad de su hogar hace y deshace. El plan parece ser claro: eliminar todo tipo de oposición y gobernar solo, vale decir, instalar una moderna forma de dictadura, sin control alguno. Quien se interpone en el camino, es fulminado con procesos penales o se va, como ya sucedió con la ex Senadora Kattya González, expulsada de su curul violación constitucional mediante.
La oposición por su parte parece no reaccionar. Al menos desde 2.013 dio muestras sobradas de estar dividida, irresoluta, decadente. La ciudadanía misma está apática y no toma conciencia de lo que está sucediendo, pues ya pasó marzo y habiendo visto y oído todo lo que sucedió en estos meses, no reaccionó como hubiéramos querido. Los hombres y jóvenes de hoy parecen haber olvidado aquellos dos marzos paraguayos (1.989 y 2.017), que lograron derrocar a un gobierno dictatorial (Oviedo), e impidieron una enmienda inconstitucional (Cartes).
El panorama no es bueno, la nueva dictadura está instalada y la ciudadanía no se despierta del letargo. Las manifestaciones ciudadanas pacíficas son la única salvación; quedó demostrado en el pasado no muy lejano, arriba mencionado. Con la Constitución como bandera, con patriotismo y voluntad se puede evitar que todo se derrumbe definitivamente; en nosotros está la decisión.
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Abogado. Matr. N° 4098. C.I. 1.007.680