El viernes pasado, un incendio consumió las viviendas de unas 20 familias, ubicadas entre “los bajos del Cabildo” y la Catedral, afectando a un centenar de personas. En 2020, poco antes de la medianoche del 24 de diciembre, otro incendio, también “en los bajos del Cabildo”, destruyó las viviendas de 150 personas y dañó parte del edificio del Centro Cultural de la República El Cabildo, donde se quemaron documentos de valor y hubo perjuicios al edificio patrimonial.
Aquel siniestro se debió a la manipulación de petardos en viviendas hacinadas, con conexiones irregulares de electricidad, condiciones propicias para una rápida propagación de las llamas. En este caso, las causas probables serían el cortocircuito en una de las viviendas y una quema de basuras por parte de vecinos del lugar.
Asunción, ciudad fragmentada
Desde mediados de la década de 1970, un porcentaje creciente de la población asuncena se asienta en las costas inundables, conocidas como “bañados”, que concentran el mayor número de asentamientos precarios del país. Por tanto, social y morfológicamente la Capital está dividida en zonas costeras, en su mayoría inundables e informales, habitadas por un alto número de ocupantes, cuyos asentamientos crecen en forma vegetativa y con la llegada de nuevos pobladores, y zonas formales, protegidas de las inundaciones, las cuales, por el contrario, disminuyen en población, como resulta del Censo 2022.
A causa de los efectos climáticos, de las acciones antrópicas en la cuenca del Río Paraguay, de la frecuencia de las inundaciones – llamadas comúnmente “crecidas”-, del aumento de los ocupantes y de una gestión pública reactiva, movilizada solo por las emergencias, se fortalece la fragmentación socioespacial, sostenida por la precariedad y la pobreza.
La fragmentación se expresa tanto espacialmente como en el orden jurídico que regula las relaciones sociales y en los diversos modos de informalidad. Es visible en la extensión del hábitat informal, en la situación dominial (de la tierra y la vivienda), constructiva (tipos de materiales, seguridad física de las construcciones) y en lo urbano – ambiental, por su ubicación en zonas no aptas para residir.
Discrimina, por sectores sociales, los patrones de localización residencial y la situación habitacional predominantes.
Ocupaciones costeras
Llamamos “bañados” a los humedales que son partes del lecho del río Paraguay y representan el 1,5% de la superficie total de Asunción, en donde vive un número no precisado de personas que, en la actualidad, se acercarían a las 120 mil.
Los humedales son ecosistemas caracterizados por su dependencia del régimen hidrológico y la presencia permanente o intermitente del agua. Estos varían naturalmente, con períodos de aguas altas y de aguas bajas. Se extienden por 18 km (desde las inmediaciones del cerro Lambaré hasta Zeballos Cue), con un borde que va de 0,5 km a 2 km de ancho, por un total de unas 2.000 hectáreas.
La apropiación de las zonas inundables inició en la década de 1950 del siglo pasado, en las proximidades de la anterior localización del Hospital de Clínicas (zona cercana a lo que hoy se conoce como Bañado Sur). Tuvo un pico importante en la segunda mitad de los años 70 y alcanzó otro en los años 90. Desde entonces, la población ha aumentado de forma continua, contrariamente al comportamiento demográfico total de la capital.[1]
Los asentamientos costeros impactan a la ciudad y son impactados por las dinámicas urbanas. Cuando sus ocupantes son desplazados por las inundaciones o por incendios, requieren acciones públicas de emergencia, como las relocalizaciones, generalmente ubicadas en espacios públicos – calles, plazas, paseos centrales –, que se extienden por largos periodos, con la consecuente precarización del entorno urbano, particularmente, en el Centro Histórico y en los barrios cercanos a los bañados. A su vez, reciben las descargas de la ciudad, como los arrastres de materiales orgánicos e inorgánicos, además de la estigmatización social.
Los “bañados” se subdividen en tres zonas: Bañado Norte, Bañado Sur y la Chacarita (barrio Ricardo Brugada), aunque esta última se ubica sobre los barrancos, al reparo de las inundaciones. Hoy es el barrio más antiguo de la ciudad, desde que el Centro Histórico perdió sus características barriales. [2]
A partir de finales de la década de 1970, se fue ocupando la costa sobre la Bahía hasta incorporarse al barrio tradicional. Desde entonces, a la zona antigua y consolidada se la denominó Chacarita alta, para distinguirla de la ocupación más reciente, como la que se instaló en la calle Comuneros – en donde ocurrieron los dos incendios -, impropiamente denominada Chacarita.
Esta ocupación, adosada al edificio del Cabildo, en el lugar de la antigua Costanera y que resulta invisible a los transeúntes, fue la que sufrió los dos incendios: el de la Navidad de 2020 y el de pocos días atrás.
Fomento de la precariedad urbana
Como la apropiación informal de las costas no fue desalentada, se extendió la precariedad urbana, cuantificable en la proporción de hogares que no cubren sus necesidades habitacionales (los materiales de la vivienda, el acceso a los servicios de agua y saneamiento, recolección de residuos sólidos) y la tenencia.
En 1992, habitaban los bañados alrededor de 11.500 familias, por un total de 47.159 personas, equivalentes al 9,41% de la población asuncena. En 2002, aumentaron a 21.000 familias, 66.697 personas, el 18,37% de la población. El Censo del 2012 registró 102.257 residentes, el 19,3% de la población total; un quinto del total de habitantes capitalinos. Entre 1992 y 2012, la población de los bañados aumentó en 117 %,59, tendencia que podría mantenerse, ante la ausencia de políticas públicas efectivas para el combate a la pobreza.[3]
En 2022, según el Censo, Asunción tuvo apenas 476.000 habitantes. En 10 años (desde 2012), un cálculo conservador del 1% anual de aumento de la población “bañadense”, indicaría que alcanza hoy el 23,6% del total de habitantes de la Capital.
La sostenida precarización urbana es un hecho visible y comprobable. Como también lo es la progresiva e imparable precarización del gobierno municipal.
*Correo electrónico: mabelcausarano@gmail.com