¡Atención al prefijo trans! Vademécum para convivir con la censura!

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Los nostálgicos de la dictadura lo saben: el neo-estronismo se ha instalado y se va afianzando.

Muchos de sus mentores han sobrevivido a nuestra “primavera democrática” post febrero 1989.  Numerosos jerarcas de entonces han ocupado altos cargos públicos y uno de sus vástagos llegó hasta la misma presidencia.  Todos alimentaron con savia vieja las prácticas políticas y culturales de entonces, renovaron los calificativos discriminatorios usados durante el régimen y los incorporaron al léxico dominante.

Otras señales lo confirman, como la reaparición de la censura, que nos llevó a una crisis con la representación de la Unión Europea, instaló la demonización de la Agenda 2030 y logró la cancelación de un congreso internacional de psiquiatría.

Verdes por fuera y rojos por dentro 

Durante la dictadura, en los editoriales del diario Patria se denominaba “sandía” a quienes advertían sobre los efectos negativos de la deforestación incontrolada o la contaminación de los recursos hídricos. Este distintivo se les aplicaba porque eran “verdes por fuera y rojos por dentro”. O sea, comunistas encubiertos con un caparazón ambientalista.  

Sigue siendo común desautorizar a alguien tachándolo de “zurdo”, independientemente de que adhiera o no a una doctrina, un movimiento o partido de izquierda. O de “globalista”, si se manifiesta en favor del medio ambiente, se refiere a los efectos del Cambio Climático en la economía y en las áreas urbanas más pobladas. “Feminazi” es toda mujer que reivindica la igualdad de derechos entre las personas.

Defender los derechos humanos, la justicia social, la equidad de género o la educación sexual integral como parte del currículo escolar, son indicadores suficientes para generar sospechas – cuando no certezas – en cuanto a las intenciones, motivaciones y relaciones, todas negativas, de quienes manifiestan su compromiso con estos temas.  

La etiqueta y el maniqueísmo están a la orden del día. “Hay que ser café o leche. No se puede ser café con leche”, sentenció el Gral. Stroessner. Es importante recordarlo, porque este mandato ha recuperado plena vigencia.

Cancha libre para el neo – estronismo

No distingo indicios de resistencia organizada a la hegemonía del pensamiento único dominante, propio de quienes creen saberlo todo, se sienten intelectual y moralmente superiores a los demás e impulsan “la adaptación desde todos los flancos, incluido el de la oposición, de tal modo que se arrincona y se excluye a los individualistas y a los innovadores”.[1]

Me adapto al reflujo reaccionario y presento un mini aporte lexicográfico de “buenas prácticas de autocensura”, inspirado en el giro copernicano que dieron el MEC y la Cancillería con el Plan Nacional de Transformación Educativa (PNTE), acusado de ser la punta de lanza de la penetración del globalismo para destruir los valores de la familia paraguaya y atentar contra la patria potestad, entre otros objetivos que, según sus detractores, estaban  implícitamente contenidos en dicho instrumento.  

La solución salomónica fue cambiar el término “transformación” por el de “fortalecimiento”.

Fin de la cuestión. Nada más fácil ni efectivo.

Pude así comprender que la raíz de problema estaba el prefijo trans, que significa detrás deal otro lado de o a través de, según el Diccionario de la Lengua Española.

Cómo expresarse para evitar problemas

Por tanto, a modo de botón de muestra, propongo un mini índex de términos censurables, contaminados por dicho prefijo,  y ofrezco opciones para sustituirlos.

Ruego a los apreciados miembros de la Academia Paraguaya de la Lengua Española, insigne institución a la cual va mi respeto, que disculpen mi atrevimiento.

Conviene, de ahora en más, en lugar de:

  • Translúcido, porque algunos parlamentarios podrían interpretar como la lucidez asociada a la condición de transgénero o transexual. Utilizar inmaculado, límpido, terso;
  • Transmitir, porque podría interpretarse como forma solapada de hacer llegar una información o un mensaje que atenta contra la moral y las buenas costumbres. Sustituirlo con emitir, difundir, propalar. Los discursos presidenciales, las ruedas de prensa, las entrevistas, los partidos de fútbol no se transmitirán sino se emitirán, so pena de severas sanciones a los infractores;
  • Transcribir, porque suena como algo retorcido y sospechoso en la manera de escribir contenidos, que probablemente estén relacionados con la perspectiva de género. Como es de esperar, alertará a los congresistas guardianes de nuestras tradiciones. Utilizar copiar duplicar, evitando el sinónimo reproducir, que podría inducir comportamientos harto reprochables.    
  • Transparente, porque se refiere a un objeto que deja pasar la luz y permite ver a través de su masa lo que hay detrás. Es un término peligroso, pues vaya una a saber qué incitaría observar. Nada garantiza que no esconda mensajes subliminales que alienten a nuestros niños a llevar la transparencia a límites inaceptables, por ejemplo, en sus atuendos. Mejor no ahondar y tratemos de evitar su uso. Es muy `probable que diáfano, límpido, claro no incomodarán a los custodios del establishment.
  • Transferir significa pasar a una persona o una cosa de un lugar a otro. ¿Nos damos cuenta del peligro? ¿De dónde a dónde el PNTE plantea llevar a los educandos? Hay sobrados motivos para levantar sospechas y rechazarlo. De ahora en más, utilizar pasar, entregar, endosar, legar, según el caso.
  • Transbordar, es uno de los más ambiguos y engañosos, porque implica que una persona se mueva de un vehículo a otro, preferiblemente que cambie el modo de hacerlo. ¿Cómo ignorar la malignidad de esta metáfora? Es claro que “el vehículo” es el medio por el cual los educandos elegirán el “modo” (en realidad, el sexo) que más les guste, inducidos por el currículo y los docentes, todos al servicio del globalismo y la Agenda 2030. Para eso están cruzar, enlazar, atravesar.  
  • Transportar sería llevar a una persona o cosa de un lugar a otro, pero, en el contexto actual, hay que convenir que pasar de un lugar a otro encubre estímulos subliminales para cambios indeseables, que preferiría no comentar. Mejor: llevar.

Por tanto, no utilizar Línea de transporte, Bus de transporte rápido o Sistema de transporte masivo (¡qué horror!).

No imagino cómo estaría nuestra sociedad si hubiera funcionado el Metrobús. De la que nos libramos…

*Correo electrónico: mabelcausarano@gmail.com

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